25 de agosto de 2011

No me des los buenos días, dame tus mejores noches...

Suena el móvil, Ann se aproxima a cogerlo y lee: "Baja a la calle". Sorprendida se asoma a la ventana y lo ve allí debajo. Baja las escaleras aún desconcertada y al llegar a la calle lo saluda.
- Hola Lucas. ¿Qué haces aquí?
- Verás... llevo dándole vueltas a algo un tiempo y necesitaba decírtelo...
- Pues tu dirás...
- A ver... mmm... nosotros hemos pasado por muchas cosas, nos hemos equivocado bastantes veces también, y a pesar de todo eso aquí seguimos... igual que siempre... una y otra vez ha sido igual. No sabemos estar separados, Ann, y he pensado que lo nuestro tiene dos caminos: seguir como siempre o cambiarlo todo... ¿tú que opinas?
- Pues Lucas, no eres el único que ha pensado en eso... yo también lo he estado haciendo, sólo que no encontraba la fuerza para decírtelo, por miedo al rechazo supongo.
- Ann, estoy algo confuso, pienso en que me gustaría estar contigo pero también tengo en mente que si nunca funcionó... ¿por qué lo iba a hacer ahora? ¿qué ha cambiado para que no haya más errores? lo hemos intentado varias veces y en todas ellas ha fracasado...
-Bueno... de hecho sólo lo hemos intentado dos... dicen que no hay dos sin tres y que a la tercera va la vencida... ¿no?
- Ann, esto no es un juego, las cosas no funcionan así...
- ¿Y por qué no? La vida hay que disfrutarla y que mejor manera que jugando, cada vez tengo más claro que tienes que hacer lo que sientes y disfrutar de ello, no te puedes reprimir nada. Y lo que yo ahora siento es... - Ann se acerca y le da un beso.
Al cabo de unos segundos se separan y ambos sonríen.
- Te quiero...- susurra Lucas
- Yo mucho más - responde Ann.
Los dos se abrazan y permanecen en silencio, envueltos por la magia de la situación, sin añadir nada más, la verdad es que tampoco hace falta. Son felices, lo han conseguido juntos, tropezando y cayendo una y otra vez, pero ahí están, los dos, unidos, y queriéndose...